
Cómo elegir un buen colchón
Elegir un buen colchón
Dormir es crítico para nuestra salud; el cerebro se recarga y nuestras células se reparan durante la fase del sueño.
El ser humano duerme durante 1/3 de vida, por tanto, existe una relación muy estrecha entre un buen colchón y un descanso reparador nocturno.
Antes de ponernos a debatir sobre las partes que componen un colchón y los tipos de materiales (algunos, pues hay bastantes), nos gustaría recalcar que a la hora de escoger un producto que nos deba durar varios años, tengamos en cuenta los siguientes puntos:

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Textiles libres de tratamientos tóxicos
Dado que vamos a pasar una gran cantidad de tiempo en nuestra cama, es importante asegurarnos que el producto que compremos no haya sido tratado con sustancias nocivas durante su proceso de fabricación.
Asegurándonos así de que éste no nos presente ningún tipo de problema a nivel cutáneo a la hora de utilizarlo, así como también tratarse de un producto respetuoso con el medio ambiente.
Desde 1992, existe un sistema de pruebas y verificación independiente y homogéneo en todo el mundo para téxtiles brutos, intermedios y finales en todas sus fases de fabricación; es el llamado Standard 100 de OEKO-TEX.

Sello Standard 100 de Oeko-Tex
Partes de un colchón
Para elegir un buen colchón lo importante que deberíamos tener en cuenta es que nos sostenga correctamente la columna, adaptándose a la presión y el peso de cada una de las partes del cuerpo.
Un colchón esta formado de las siguientes partes:
1.-Núcleo
El núcleo es el corazón del colchón, y una de las partes más importantes ya que éste determina la firmeza del mismo.
Hay colchones con núcleo de muelles, de látex, o de espuma HR de alta densidad. No existen los núcleos de viscoelástica dado que la visco, para ser consistente, requiere de un soporte.
Los colchones de núcleo de muelles contienen un bloque de muelles en la parte central del colchón, ofreciendo transpiración al conjunto y permitiendo que el colchón libere el exceso de calor que pueda acumular el mismo.
2.-Acolchado
Son las capas que se encuentran debajo de la funda, recubren el núcleo y ofrecen comfort al contacto con el cuerpo.
Pueden ser de diferentes tipos de materiales; lana, algodón, combinación de fibras, poliéster, látex, visco, etc. Es decir, materiales que sean blandos y adaptables. Sin embargo, los más utilizados últimamente son la viscoelástica, el látex y la fibra; siendo los dos primeros los que ofrecen más adaptabilidad al contorno del cuerpo, mientras que la fibra proporciona transpirabilidad.
3.-Laterales
Alrededor de todo éste conjunto se encuentran los laterales, que normalmente es aconsejable que estén reforzados (“encapsulados”) para ofrecer la máxima resistencia.
Éstos suelen “encapsularse” con una plancha de espuma que rodea al colchón, cerrándolo.
Ésta zona, llamada también “platabanda”, a veces lleva válvulas de aireación para asegurar la higiene y ventilación adecuada del interior del colchón, evitando que se acumule la humedad. En esta zona, también, suelen colocarse las asas para girar y voltear el colchón.
4.-Funda
La funda es la tapicería externa del colchón, recubre el acolchado y es la parte que estará en contacto directo con nuestro cuerpo.
Está fabricada con tejidos suaves y duraderos que ofrecerán comfort y adaptabilidad para un buen descanso.
Ésta puede ser fija o desenfundable.
Dependiendo de los tratamientos que se le hayan aplicado a la misma pueden ser antiácaros, hipoalergénicos, antihumedad, termorreguladores…

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5.-Base
La base, aunque no conforma el colchón en sí mismo, es igualmente importante.
Dependiendo del material del que esté formado nuestro colchón, éste necesitará una base adecuada para asegurar un buen comportamiento del producto. En el caso del látex y la visco, que son materiales que reaccionan a la temperatura del cuerpo (y por tanto, tienden a ser “calurosos”), se requerirá una base que permita la transpiración para evitar ese exceso de calor.
Tipos de materiales
A continuación, comentaremos algunos de los materiales más comunes a la hora de encontrar un colchón:
·Muelles: los colchones con muelles, ofrecen una sujeción de la columna muy correcta a la vez que permiten la transpiración del colchón. Evitando la acumulación de humedad en el interior.
·Látex: Éste resulta muy agradable ya que se adapta a la forma del cuerpo, sin embargo, no es muy transpirable. El látex puede ser natural o bien sintético; el primero ofrece suavidad y confort, mientras que el segundo aporta elasticidad, adaptabilidad y gomosidad.
·Viscoelástica: La viscoelástica reacciona a la temperatura del cuerpo, disminuyendo la presión sobre el mismo. Sin embargo, al abrazar tanto el contorno del cuerpo, puede llegar a dar sensación de calor. Por tanto, no seria recomendable para personas que tiendan a pasar mucha calor, ya que no es un material muy transpirable.
·Espuma de alta densidad HR: La espuma HR (High Resilience/ Alta Resiliencia) se trata de un tipo de espuma la cual supera los 25 kg o más en cuánto a densidad, y se caracteriza por su firmeza. Este tipo de espuma HR posee mayor transpirabilidad, ofrece una buena resistencia al envejecimiento, humedad y temperaturas elevadas.
Higiene y mantenimiento
Una vez ya tenemos nuestro colchón, deberemos tener en cuenta que a la hora de mantenerlo en estado óptimo es recomendable ventilarlo a diario. Así como voltearlo tanto de izquierda a derecha, como de la cabeza a los pies cada 3 meses (en el caso de tener un colchón de doble cara, pues los hay que no es necesario voltearlos).
Por último, según la Asociación Española de la Cama, es recomendable que el colchón se cambie cada 10 años. Ya que después de éste tiempo, éste empieza a haber perdido su durabilidad y calidad y puede llegar a ser incluso perjudicial para la salud.
Fuentes:
Asociación Española de la Cama y Oeko-Tex
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